Degradación exponencial.

| viernes, 24 de diciembre de 2010 | 3 comentarios |
No recuerdo cuándo fue la última navidad que esperé con ansias. Creo que fue el 2005, cuando mi vieja, esforzándose como siempre, me regaló la chopper (una de las diez bicicletas que habían en ese momento en Chile). Luego de eso es, no sé, una sensación similar a la de un día lunes: nada.

¿Cómo llegué a este estado? Me carga asumir que es la edad. Me carga admitir que no mandé a la mierda la camisa y la corbata que me regalaron, porque, para variar, estoy en la edad de recibir ese tipo de regalos. Lo peor es que el desánimo se extiende más allá de la navidad e incluye cumpleaños y otras fiestas donde todos deberían ser felices. La llegada del verano o d elas vacacione sno es como antes, con esa sensación de liberación. Finjo que soy feliz, esbozo una sonrisa, unos cuantos jajás y listo, pasó piola, pero en el fondo me importa un reverendo pico todo lo que pase. A veces tomo de aburrido, para no matar el ambiente, pero ni ganas de alcoholizarme tengo. ¿Será esto una crisis? Puede ser, puede que no asuma mi condición actual, puede ser el miedo a verme como una familia distinta, aparte, un día domingo, con sandalias, un short sobre las rodillas (y bien puestos) y una polera manga corta con cuello, regando el pasto. Siento que tengo 24 años y la vida se me va, porque no hago nada más interesante que estar echado frente al PC, porque todas mis amistades andan con sus parejas de un lado a otro y no tienen tiempo para, simplemente, caminar y vagar por la calle, sin rumbo, hasta el otro día, como antaño. Poco a poco dejo de emocionarme, dejo de sentir y me vuelvo un ser sin adrenalina en el torrente sanguíneo. Nada me llena, nada. Me lleno de responsabilidades, algunas que me corresponden y otras no, pero me lleno al fin y al cabo.

Hoy lo admito: no le veo sentido a mi vida, pues las emociones se fueron; quedaron en San Sebastian, en la plaza, en años pasados.

Manuel García - El viejo comunista

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Un viejo que fuera comunista se sienta a fumar la
tarde entera mientras buena lluvia cae afuera con
voz desnuda, el viejo piensa porque coinciden en su
ventana palomas grises con la pena que fumara
palomas grises con la pena que fumara

Tornan sus ojos a un dia lejos cuando a un libro
un verso, a una muchacha, un pensamiento cuando a
un libro un verso, a una muchacha, un pensamiento
cree que ya nada lo sorprende que se curó
de espanto, desgastó el llanto se
curó de espanto, desgastó el llanto

Recordó canciones que cantaba y
conversaciones con amigos hasta el alba y
conversaciones con amigos hasta el alba
recordó la esquina de su casa cuando dijo
adiós y vio a su madre que lloraba cuando
dijo adiós y vio a su madre que lloraba
y ahora en sus ojos también llueve, pues le
sorprende que aún le duele,
los años, la vida, su amor
los años, la vida, su amor.

ohh ohh aun le duele ohh ohh aun le duele ohh
ohh aun le duele ohh ohh aun le duele

Necesidades básicas ("ya, poh, tiremos").

| domingo, 28 de noviembre de 2010 | 0 comentarios |

Acostado sobre una alfombra, con los brazos en la nuca, el tipo, de unos 30 años, movía la cabeza al son de una melodía. En el sillón, con las piernas cruzadas y las manos a los costados, una tipa de edad similar mira el vaivén de la cabeza del hombre.

- Amor -dijo la mujer, con voz sensual- ¿tiremos?
- Pero Amor -constestole el tipo, incorporándose- estoy cansado. El mes pasado tiramos todos los días a toda hora.
- Pero amor, tirar es fundamental en nuestra relación. Recuerda esa vez que no tiramos en toda una semana -la mujer se lleva las manos a la cara- cómo estaba yo de odiosa.
- Pero Amor, no puedes ser tan dependiente del tirar. Sí, obvio, tirar es rico, pero hoy -ya con un poco más de aspereza en su voz- no tengo ganas, simple; llegué de la pega y quiero sólo escuchar jazz.
- Ay, amor, que andas fome ahora. Antes salíamos y ¡PUM!, tirábamos, pero ahora con tu trabajo nuevo cuesta. Ay, pero el mes pasado -modiéndose el labo- fue lo mejor.
- Mira, mira... llego de la pega y lo único que quiero es descansar. Además ya no estamos en edad de tirar muy seguido.
- ¡¿QUÉ?! -dijo la mujer, saltando del sillón, con los ojos extremadamente abiertos- estamos en la edad de la plenitud, Amor. Anda, ya, ya, vamos y tiremos.
- Convénceme -el tipo tipo ya había mordido el anzuelo.

La mujer, ya puesta de pie, va donde el hombre, abre las piernas y se sienta sobre él. Acto seguido le da un beso en la boca. El tipo la toma de la cintura. Luego de eso se paran, van a la pieza, se visten de negro, toman las llaves del auto y parten a una plaza. Ahí toman a un tipo, lo amarran, le ponen cinta adhesiva en la boca y lo echan en el portamaletas. Llegan a un lago, le amarran unos pesos y, por fin, tiran... al tipo al agua.

Lo que pasa con el amor.

| sábado, 20 de noviembre de 2010 | 1 comentarios |
Podría darle un sinfín de adjetivos a tu petición, desde chistosa, infantil, ególatra y hasta, cierto punto, tierna.

No soy muy bueno escribiendo de lo bueno, porque, generalmente, soy un amargado antitodo que le busca hasta la doceava pata al gato con tal de mantener mi acibarado modo de pensar. No soy bueno escribiendo de la felicidad porque encuentro que, estando en mis lapsus tristes y oscuros, veo e interpreto mejor el mundo.

¿Qué le pasó a mis entradas diarias al blog? Murieron porque no tengo rabia. Y toda la culpa es tuya, que me tienes feliz desde hace ya 2 años y algo (sí, señor lector, más de 2 años... saque cuentas y tráteme de poco hombre).

Me he convertido en un ser feliz, que se contenta con estar al lado tuyo y cerrar los ojos. Me he convertido en un ser sensitivo, que anda descalzo en el pasto (y se sorprende de los estímulos). Creo, incluso, que hasta me he vuelto más social (nota aparte: en estos momentos uno de mis gatos lame vigorosamente mis mejillas; vaya manía). Entonces ¿Por qué no escribo sobre ti? Porque no tengo esa nube negra que movía mis dedos y hacía funcionar mi cerebro. ¿Por qué? Por el mismo motivo que te repito día a día: te amo.

PD: en todo este rato, Dez, mi gato, no ha paro de saltarme encima y empezar a lamerme y morderme los dedos.

Maldita primavera

| martes, 26 de octubre de 2010 | 0 comentarios |
Nunca en mi vida he podido disfrutar esta época del año como sale en las películas, corriendo por praderas llenas de flores con la mano de mi enamorada. Nunca he podido echarme en el pasto de una plaza sin que me llene de ronchas. El colmo de todo esto que es mi hipersensibilidad histamínica me tiene en cama en este preciso momento, con fiebre y los mocos hasta la rodilla, sin poder ayudar de forma competente a mis compañeros.

Sí, cada día deseo ser como el común de la gente, pero igual tiene ventajas ser "edición limitada"

El nombre influye

| jueves, 23 de septiembre de 2010 | 0 comentarios |

Usa lentes, tiene cara de tonta, habla imbecilidades hasta por los codos y le gusta el animé. Su nombre es Eugenia.

Padres, piensen bien el nombre de sus hijos.

200 años.

| lunes, 20 de septiembre de 2010 | 1 comentarios |

Y el español me preguntó cómo estaba pasando el bicentenario. Le respondí que como se debía: firmando un contrato de mierda que me amarra a trabajar por una mísera cantidad de dinero para hispanos ubicados en Chile.

¿Bicentenario? Las pelotas.

Ortodoncia pendiente.

| viernes, 20 de agosto de 2010 | 0 comentarios |
Corría, rauda y veloz, al local de comida rápida para buscar nuggets y alimentar a sus 8 hijos, de nombres ingleses adaptados al español y 5 apellidos distintos, donde sólo coincide el materno. Ya con el contenido en una bolsa de colores y cuya desintegración tardará 200 años, la señora de nimios y escasos dientes corre, mientras su voluptuoso cuerpo se mueve en una coreografía grotesca. Llega a su casa, construida de pedazos de madera, latas y cubiertas poliméricas de poliamidas. Pasa a un salón donde hay una especie de lavatorio, donde enjuaga sus gruesos apéndices. Luego se sienta a la mesa -digna improvisación de una antigua puerta- y llama a sus pequeños, mientras enciende su LCD de 53' y el decodificador de la televisión satelital.

El último cómputo arroja como vencedor al candidato de los empresarios. La señora, de un Ecuador tan amplio que perfectamente podría generar su propio campo gravitatorio, sonrío de júbilo. Esa mueca en su cara se muestra adefésica, con dientes minúsculos y negros (claro, cuando los hay). Toma su cartera, se pinta los labios, toma la 210 y va a Plaza Italia a festejar por "el cambio y la igualdad" junto a otras señoras de dientes picados y aspiracionismo a flor de piel que serán vistas por sobre el hombro por aquellas mujeres de esbelta figura y dorados cabellos, con apellidos vinosos.

La señora llega a su destino, comienza a saltar y abraza a una joven. Ésta la empuja, le pasa su billetera y sale corriendo. Cuenta el dinero y se proyecta con la contratación de un nuevo decodificador para su choza. Y sus 8 hijos, de nombres ingleses adaptados al español y de distintos apellidos, en casa, jugando con el bracero que su madre dejó prendido.

SSDD

| lunes, 16 de agosto de 2010 | 0 comentarios |
Antes me gustaba disfrutar el día, sentirlo a concho. Hoy por hoy sólo espero que, apenas abra los ojos, el día termine. Hace tiempo que no me levantaba así, con ganas de mandar todo a la mierda, con ganas de quedarme en la cama, mirando el techo, cual depresivo. Yo creo que el dolor de cabeza me tiene así, así que iré a automedicarme.

Mi amigo Eduardo y yo.

| sábado, 14 de agosto de 2010 | 0 comentarios |
En la entrevista lo noté raro, en el sentido de que algo no encajaba en él. Cuando habló la idea se aclaró. No cruzábamos muchas palabras, más que nada porque, realmente, me daba miedo que se sintiera mal por mi trato, acostumbrado a esas palabras.

Fue en una reunión del grupo, donde el Pancho tocó el tema para aclarar el asunto sobre el ambiente en el lugar de trabajo. Y le preguntó a secas, como un disparo directo a la frente, como un golpe de martillo en la nuca. Si la pregunta fue impactante la respuesta lo fue aún más. Lo dijo, sin doblegar su voz, sin mostrar ningún sentimiento adverso. Yo, personalmente, quedé de una pieza.

Eduardo, el Edú, es gay. Sí, gay. Y es mi amigo. Yo una vez, en pretéritos tiempos, tuve un amigo maricón -y podría ponerle mil adjetivos más, pero no viene al caso- pero no un amigo gay. El Edú es gay, pero no maricón.

Comenzamos a hablar y a entablar esta relación de amistad en el comedor. Se desplazó a los cubículos, donde hablábamos de música (tiene su pasado nümetalero), de películas y, para variar, contamos chistes. Nos molestamos mutuamente. Nos reímos de las leseras que dibujamos, si está muy lejos y nadie está viendo le tiro un papel mojado. El se venga y me tira un papel lleno del alfileres.

Hoy me dijo que le caía bien, que era con el que mejor se lleva. Mínimo, si le grabo las películas, jajajajaja.

Asalariado (hitos del mundo laboral).

| lunes, 26 de julio de 2010 | 2 comentarios |
Mi primera entrevista de trabajo. Estaba tan asustado que no sabía cómo vestirme -llevo 24 años vistiéndome igual- pues decía claramente en el e-mail que me mandaron que debía ir "no formal, pero sí casual". Un llamado urgente a Pirque y su bastante necesario fashion emergency. Listo, a la entrevista. Estaban ahí, frente a mi, los seleccionados. Yo, para variar, entré del modo chileno: su buen pituto.

Ahora llevo 2 semanas trabajando y buenos lazos con mis compañeros. Trabajo en un estereotipo de pega, donde está el jefe buena onda, pero que todos dicen que a veces se transforma. Está, de igual forma, la señora de edad avanzada, la mina joven con hijos, el compadre que se viste bien y que va a la disco, el flaite buena onda (aunque de flaite tiene solo el corte de pelo, por eso le digo "Sopaipa"), la mina top, el par de compadres piola/bueno pa'l hueveo y el gay. Yo soy el jugoso extremo que habla boludeces todo el día.

El otro día mis compañeros de trabajo me invitaron a un bar, a festejar el nuevo miembro del grupo. Una botella de cerveza por persona, karaoke, ambiente festivo o mi jefa directa diciéndome "Alvariiiiito, yo te tengo ene fe".

Y ahora, para completar mi incursión en el mundo laboral, falta mi primer sueldo. Obligado a pagar el piso.

Dar en el gusto.

| sábado, 10 de julio de 2010 | 0 comentarios |
Estai gordo, haz algún deporte. No, no me gusta que hagai ese deporte. Mapuche culia'o. Hola, cabezón. Miren, es el hijo de Evo Morales. No, no vai a entrar a la universidad. ¿Qué es eso, un repollo? Por qué andai tan ordena'o. Mira el hue'on desordena'o. Mamón, despégate de tu vieja. Pero hue'ón, hazle caso a tu mamá. Pendejo culia'o. Conchetumare. La conchetumare de la Viviana. Respeta a tu mamá, conchetumare Déjate el pelo largo, pásate a tu abuela por la raja. Córtate el pelo. Vo' no soy mi hijo.

Déjà vu.

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Ahí estaba la escalera mecánica, el punk vendiendo aros y el mojón de perro en la esquina, pero ahora yo llevaba la billetera en el bolsillo.

Ojos inertes.

| lunes, 21 de junio de 2010 | 1 comentarios |
Me decías- a escondidas de tu pequeño hijo- que extrañabas mis ojos inertes. Me decías que siempre te gustó lo prohibido, lo profano, que te llamaba la atención mi mirada perdida, mis ojeras perennes, el cambio de color de mis ojos. Tratabas de conquistarme, tratabas de sentirte bien luego de una ruptura amorosa, de una vida llena de tipos de mierda. No sabía cómo despegarme de tu presencia, de decirte de buena manera "loca, acá no hay mano". Mientras hablabas yo hacía memoria de cuántas personas me habían dicho que mi mirada asusta, no por la maldad que podría exponer, sino porque simplemente, según todos los demás, mis ojos no expresan nada. Alguna vez, más de alguien, me han dicho "andas como triste/feliz", mas nunca "tienes la mirada triste/feliz". Me veo al espejo, luego de que casi todo el sector donde vivo me ha dicho "ojos de muerto" (inclusive la Flo).

Sigues parlando y moviéndome la cola. Te miro y me dices "ay, me encantan tus ojos oscuros... acércate para verlos mejor". Y, en un ataque de rabia controlada, de vergüenza ajena, te digo "no, loca, no me tiro minas despechadas ni menos con hijos".

A veces me llama al celular para pedirme favores estúpidos, a altas horas de la noche, a pesar de que ya se reconcilió con su marido (con el cual espera otro hijo). Generalmente le respondo con un "oye, ahue'oná, ¿Cachai la hora que es?". Me corta con un cínico "chao, ojos de muerto".

Días.

| sábado, 5 de junio de 2010 | 0 comentarios |
Hay días en los que despierto con ganas de tomarte por el cuello y golpearte con fuerza, para luego meterte un cuchillo en el ojo y quemarte los genitales, mientras gritas de dolor, suplicando la muerte... y hay otros días donde quiero tomar café.

Ahora no (ni nunca).

| domingo, 30 de mayo de 2010 | 1 comentarios |

Todos sueñan con uno, pero yo no. No ahora y, por como pienso, creo que nunca (más allá de considerarme un mal ejemplo). Todos dicen "más adelante"; todos lo tienen dentro de sus planes. ¿Qué pasa cuando llega así, sin avisar? Te caga la vida, te destruye, te amputa las extremidades, te chupa la sangre.

Puede ser que a XY no le afecte como le afecta a XX, porque el dolor, además de social y emocional, es físico. Puede ser que XY corra, con miedo, pero XX tiene las opciones más arriesgadas, perdiendo siempre, sin poder arrancar.

Fuerza, XX.

Historia (NO) vinosa.

| sábado, 22 de mayo de 2010 | 0 comentarios |

Recuerdo cuando, estando en Las Condes, escuchaba sus historia, todas cercanas al Club Hípico y redes sociales con apellidos vitivinícolas. Mi imaginación, en tono sepia, me llevaba a aquellas andanzas, de palabras bien marcadas y lenguaje inmaculado. Y me pasó lo que, justamente, me pasaba en el plano real: cierta repulsión, cierto resentimiento social. Todo esto cambia, claro, cuando la Historia de Chile no la cuentan de Plaza Italia para arriba, sino que de sectores tan emblemáticos como La Legua o la extinta Musa.

Cuando se juntan la Gloria y el Rena con mis abuelos, mi mente vuela. Me los imagino yendo a esos cines, llevando un cajón para sentarse. Veo a esas 2 mujeres, en ese tiempo jóvenes, caminando por La Legua, tomándose una pilsen con unos feriantes. Imagino al Pelado y a mi tata, solos en la casa, organizando una reunión social, llena de humo y carne de chancho. Imagino sus andanzas como un cuarteto del terror, tal como nosotros lo hacemos; parejas saliendo, viviendo el mundo de una manera más arriesgada.

¿Por qué prefiero una versión de la historia llena de tierra, sudor y sangre, ante un versión totalmente cinematográfica? Porque la primera es, simplemente, la verdadera.

Resplandecer.

| jueves, 13 de mayo de 2010 | 0 comentarios |
Y ahí estaba sentado yo, moviendo los pies, escuchando música. Ahí estaba, muriendo, inactivo. Ahí estaba, en una especia de trance, que me llevó a pasados años.

¿Qué es lo peor de crecer? Tomar consciencia del mundo. Antes los días se hacían cortos, las andanzas con los amigos eran eternas, las preocupaciones eran nulas. Hoy, crecidos, todos estamos plagados en actividades que nos alargan los días de forma tediosa, que nos quitan el aliento vital, que nos sofocan. El problema es que todo eso que nos acongoja ahora nos rodeó siempre, pero, en un acto de madurez/inmolación, lo hicimos nuestro. ¿Me estaré volviendo lo que siempre he odiado? Este último tiempo he estado más inerte que de costumbre, llegando incluso a gritar de forma desesperada porque, simplemente, mi cuerpo no responde.

Recuerdos. Miraba a mi alrededor, buscando algo que me llevara al pasado, un perfume, una situación, algo etéreo. Las recordé. El deseo de estar con ellas fue fuerte. Imágenes de cada una de ellas pasaban por mi mente, como fotogramas de nuestras vivencias. Abracé ese momento, no porque sienta algo por ellas, sino por cómo me sentía en esa instancia. Actúo como un ordenador, moviendo archivos de una carpeta a otra. Una silueta interrumpe el proceso. Una joven, de facciones europeas, mueve los labios, pidiendo permiso para pasar. Muevo mis piernas y ella flota sobre el piso, rauda.

Verano. Noches enteras en una plaza, conversando sobre la nada y el todo. Caminar kilómetros en la noche sólo por caminar. No temerle a nada, ni siquiera a la muerte. Invierno. Hablar, bajo la caricia fría y seca del viento, abrazados a la niebla, caminando en círculos. Correr detrás de los vehículos de Seguridad Ciudadana, como un deporte olímpico, donde se deben batir marcas mundiales. Noches en la casa de alguien, conversando de cosas que sólo a nosotros nos importan. Veranos sentados en la calle, gritándole a la nada, saltando, tratando de tocar las estrellas. Los recuerdos paran, luego de que una figura brillante entra por mis ojos. Un número diecisiete brilla en una pantalla. Me paro y voy. Luego a la casa. Luego al mundo real.

Gloria al Pulento.

| sábado, 1 de mayo de 2010 | 0 comentarios |
Y entró, con la mayor de las confianzas, a territorio enemigo, sin llevar ningún arma. Se acerca el jefe de la banda, apuntándolo con su Glock 17.

- Tu arma no me asusta -dijo el invasor- pues el de arriba me protege.
- Imbécil, en esto de las drogas no existe Dios - dijo el otro tipo, poniendo el cañón en la cabeza del visitante.
- El de arriba te castigará - gritó desafiante.
- ¿Seguro? - díjole, sacando el seguro.
- ¡GLORIA AL PULENTO!

Se oye un estruendo gigante. El hombre con la pistola cae al suelo, con el cráneo hecho añicos. En el techo de un alto edificio un tipo con una Bar 10 humeante todavía, luego de disparar.

Tacto.

| jueves, 22 de abril de 2010 | 1 comentarios |

Me miró feo. Me carga que la gente me mire de esa forma, entre despectiva y desafiante. No soy paranoico. Me carga, además, su complexión. Me carga que me miren fijo, tratando de buscar algo que no encontrarán. No aguanto: tengo que golpearlo. Me muevo, con fuerza, hacia su persona. Algo me detiene: una mano suave y cálida, que toma mis manos ásperas. Me tira con fuerza. Otra extremidad toma mi cara. Un rostro se acerca el mío. Nuestros labios hacen contacto. Y me calmo. Ella me toma de la cintura y apoya su cabeza en mis hombros. Me dice "vamos, chanchito cochino" y nos alejamos del tipo. Se salvó.

¿Todavía?

| lunes, 12 de abril de 2010 | 1 comentarios |
Fueron alrededor de 2 o 3 años los que estuvimos juntos. Fue un acto la gota que rebalsó mi vaso. Hace un año y tanto que no sé nada de ti, pero, por alguna razón, te empeñas en aparecer nuevamente, tratando de poner tu pie encima, tratando de figurar, tratando de mostrar tu poder. Tus apariciones me tenían sin cuidado, hasta hace apenas unos minutos atrás. En un proceso cognitivo bastante largo (producto del sueño) me pregunto qué mierda haces rondándonos, si ya la Tierra ha dado una vuelta y algo más. Si llegas a leer esto algún día te pido, sin odio, sin rencor y más preocupándome de ti que por nosotros, que te borres de acá, que no nos busques. Preocúpate de tu vida, de tu pareja, de tu familia, pero trata de no hacerme tema tuyo.

Atte.

Álvaro Maya, tu ex.

Miedo y spaghettis.

| miércoles, 31 de marzo de 2010 | 0 comentarios |

Hoy, por primera vez en lo que va de este año y tanto de relación, tuve miedo de que me dejaras. Se disipó cuando metí una porción de fideos a mi boca.

Sextape

| domingo, 21 de marzo de 2010 | 1 comentarios |


Floating on the water ever changing
Picture hours out from that
Into with all our dreams

The ocean takes me into watch you shaking
Watch you weigh your powers
Tempt with hours of pleasure
Take me one more time
Take me one more wave
Take me for one last ride
I'm out of my head

Tonight, Tonight
Tonight, Tonight.. I..
The sound of the waves collide
The sound of the waves collide
The sound of the waves collide
Tonight

Cruising through the city after hours
With me fusing all our powers
Heres to all our
Take me one more time
Take me one more wave
Take me for one last ride
I'm out of my head

Tonight, Tonight
Tonight, Tonight
The sound of the waves collide
The sound of the waves collide
The sound of the waves collide
Tonight

Un cúmulo de sensaciones ("the ocean takes me").

| viernes, 19 de marzo de 2010 | 0 comentarios |

Como siempre, somos pioneros: el primer blog en subir el Diamond Eyes de Deftones. Lo bajo, para ver que tal la nueva placa. Sonido bastante bueno, bien "White Pony". Track 8. Frío. Invierno. Lluvia. Yo, caminando, con ella, de la mano. Salta, me rodea con sus brazos. Un beso. Calor. Verano. 8 de la tarde, Daniel parado fuera de mi casa con una pelota de basketball. Jugar a ganar, jugar y pasarlo bien. Abrazos, amistad. Cero preocupaciones en la plaza. Corremos como el viento. Viento. Campo. Días entero bajo la sombra de un árbol, leyendo, conversando. Conversando. Gente. Metro. La veo. Mi corazón late. Latido. Ella, nuevamente, pegada a mi. Me dice algo al oído, todavía sudando. Las palabras cruzan por mi cuerpo, como un rayo. Rayo. Invierno, lluvia torrencial. Corremos los 3 y saltamos cada vez que el cielo ruge con furia. Furia, tocatas, más amigos, más abrazos. Abrazo, vagón del Metro. Pololea conmigo. Bueno, ya. Abrazo. Beso. Felicidad. Felicidad... Tell me one more time.

Y lloro, al recordar todo lo vivido, todo lo sentido. Lloro con tristeza, porque ya se fue. Lloro de alegría, porque ya pasó. Hoy, creo, llorar me hizo bien. Tonigh, tonight...

Meritocracia.

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En algún lugar de Santiago Centro, 10.33 AM, en una oficina:

- Su nombre, por favor - dice el hombre detrás del escritorio de madera con finas terminaciones.
- Leonardo - responde - Leonardo Da Vinci
- Muy bien, señor Da Vinci, estuve leyendo su curriculum - el hombre se llevó la mano al mentón - ¿Botánico, físico cuántico, químico farmacéutico, pintor, escultor, diseñador gráfico, tanatopraxista, poeta, músico, arquitecto, técnico computacional, ingeniero en redes, barman, urbanista, psicólogo, pediatra, inventor y gásfiter?
- Sí, así es, señor - díjole, mientras inflaba el pecho y su cara se llenaba de orgullo.
- Ah, muy bien, muy bien... ¿Y en qué universidad o centro técnico estudió ud?
- En ninguno; soy autodidacta - Miraba el techo, esperando que un rayo de luz lo iluminara y sonara de fondo un coro.
- Este... mmm... ok, déjenos su número y lo llamaremos
- Bueno - estrechó la mano del entrevistador.

Da Vinci se para de su asiento y se va, cerrando la puerta con cuidado. El hombre detrás del escritorio presiona un botón. Le dice a su secretaria que haga pasar al siguiente.

Amistad.

| lunes, 8 de marzo de 2010 | 0 comentarios |
La amistad se selló no un día de fiestas ni en una jarana alcohólica, sino que en un Fiat Palio color gris, en invierno, frente al puesto de comida rápida, hablando de los problemas de cada uno.

(N del R: En la foto falta el Tato, que las ofició de fotógrafo)

Sneakers.

| jueves, 4 de marzo de 2010 | 1 comentarios |
Es casi un ritual eso de fotografiarnos en calzado, uno al lado del otro. Contrastan la simpleza de las tuyas con lo estrafalario de las mías. Pero el tiempo pasa y, como en toda relación, las parejas se asimilan entre sí; he visto como compras zapatillas con diseños hechos a mano, pintadas por los locatarios. Tu última compra fueron 2 pares de Adidas Superstar: la clásica blanca de lineas azules y una morada de lineas blancas.

El otro día me dijiste que camináramos juntos, con las zapatillas pegadas, por la vida. Te miré, hice una reflexión y te dije que prefería caminar con mis propias sneakers a un buen paso, cosa que puedas seguirme, a mi lado, abrazados... porque con las zapatillas juntas nos podemos sacar la mierda y botar algunas piezas dentales.

Antes y después.

| sábado, 27 de febrero de 2010 | 0 comentarios |

Si mal no recuerdo fue el miércoles de esta semana, cuando estábamos en la amasandería con mi hermano pagando en caja. En la fila, antes de nosotros, un viejo le comentaba a la cajera "por como están los días capaz que haiga un temblor". Con mi hermano nos miramos y luego, fuera del local, dijimos al unísono "viejo huevón superticioso".

Día viernes, normal. En la tarde me junté con JP, amigo y compañero de airsoft. Ambos íbamos por chiches para nuestras réplicas. Conversamos, compramos, y cada uno partió para su lado. Y el mío era mi padre, del cual no sabía nada desde las elecciones presidenciales. Un beso, un abrazo, proyectos y una buena caminata hasta el Barrio Lastarria, lugar de yuppies y pseudopoetas alcohólicos. Seis cervezas y una tabla fueron la tregua firmada en el "Malas Artes".

Son cerca de las 3.30 AM del sábado. Comienza a moverse la cama, medio dormido maldigo el temblor y cierro los ojos nuevamente. Noté que no paraba. "Por fin"- dije, con algo de júbilo- "mi primer terremoto". Mi abuela entra en un estado de histeria y comienza a llorar desesperadamente, mientras mi tata trataba de calmarla. Seguía el movimiento, así que me puse los boxers. Camino hacia la pieza de mis abuelos, disfrutando cada oscilación del piso. Mi abuela llora, sentada en la cama, asustada. No atina a efectuar ninguna acción. La tomo de la mano y la muevo, con fuerza, hacia mi posición, en el umbral de la puerta. Sigue el movimiento y lo disfruto Corte de luz, cosas que caen de los muebles. Se reúnen todos en la pieza, esperando que el terremoto termine. El movimiento sigue y voy a la cocina a buscar el foco de emergencia. Aprovecho de ver si hay daño estructural. Nada. Fin del movimiento telúrico, comienzan las llamadas telefónicas y, para variar, las lineas están colapsadas. Voy a mi pieza a buscar el iPod. Llama mi viejo. Confirma que su piso se movió mucho, pero no hay daños. Trato de llamar ami Momo. No contesta (obvio: en Pirque a cada rato quedan sin teléfono). Me voy a dormir, porque ya no hay réplicas dignas de disfrutar, pero así y todo esa sensación de inseguridad que había en el ambiente me ponía feliz, en éxtasis. Eso me ayudó a dormir feliz y pleno.

Cerca del mediodía me comunica con ella. Todo bien, dice. Pregunto por su familia. Mañana iré a verla. Por la radio dicen que no se muevan de las casas. Ahora, sin PC, escribo en un cuaderno. Luego me vestiré y saldré a sacar fotos.

Suena en el iPod "Somebody Died Tonight". En la radio dicen que van alrededor de 100 los muertos. Y la melodía sigue: Somebody died tonight/What if it was you and I?.

Sin cambios.

| jueves, 25 de febrero de 2010 | 2 comentarios |
Obsérvala, sufre. Obsérvala, adviértele. Dile que la gente no cambia. Dile que mi conducta es digna de un estudio. Adviértele sobre mi personalidad esquizoide. Ten celos porque ella será la herida y tu no.

La gente no cambia. Las personas son siempre lo mismo. Las acciones son repetitivas a través del tiempo. ¿No hay peor ciego que el que no quiere ver? Exacto, tu lo has dicho. Y no hay como aquel que ve y le gusta lo que observa.

¿Tanto te importo?


¿Otra vez?

| sábado, 13 de febrero de 2010 | 1 comentarios |
Fue hace 13 o 14 años, creo. Dicen que me volví agresivo, huraño, conflictivo, pero no me di cuenta. Hoy, creo, ando en el mismo rumbo. La diferencia es que ahora me percaté del asunto. Y debo ponerle fin.

San Sebastián.

| domingo, 31 de enero de 2010 | 0 comentarios |
Es increíble como el tiempo pasa: estamos más grandes, más adultos (aunque, siendo sincero, somos una masa de quinceañeros no asumidos), con más plata y más "poco sanos". Ya no soy el niño de 16 años de la primera vez. Ya no viajamos en bus. Tengo 23 años y viajé en auto, con los mismos que vamos, año tras año, a cierto lugar del litoral central.

El tiempo pasa, las amistades perduran (y la ridiculez de un grupo conformado por amigos de toda una vida también).

Excelente.

| martes, 26 de enero de 2010 | 0 comentarios |
Juego airsoft el domingo y no bajo a nadie, pero lo pasé bien. No te veo hoy, pero tengo el consuelo de que miércoles y jueves serán días nuestros. Los fines de semana junto con mis amigos son del recuerdo. Me tatuaron gratis y a mi vieja le gustó. Mi abuela me financiará un chaleco táctico. Mi tata tiene pega. Mi viejo admitió sus defectos. Estoy a punto de tener un iPod Touch.

Después de un hígado graso vienen los premios... jajajajajaja.

Ecología Celestial

| jueves, 21 de enero de 2010 | 0 comentarios |
Y, viendo que la nueva creación de Dios era desechable, el Diablo le increpa. La respuesta fue "no importa, los hago biodegradables".

Y.

| martes, 19 de enero de 2010 | 3 comentarios |
Y la gente salía a festejar.
Y los rubiecitos y rubiecitas bajaron de sus casitas ubicadas en los sectores altos de la capital (y se perdieron los muy hijitos de puta... jajajajajajaja).
Y señoras con piezas dentales faltantes gritaban "viene el cambio, viene el cambio".
Y la gente festejaba con la foto del candidato ganador en una mano y con la de cierto general asesino en la otra.
Y la gente confía en que un empresario se preocupará del pueblo.
Y nosotros tan sólo tenemos puños e ideas.

Eso no es na' (o "De lo que nos pasó en Cartagena el 2005").

| sábado, 16 de enero de 2010 | 1 comentarios |
Me dijiste que habías llegado mariadísima a la casa, luego de esa fiesta que se realiza en Cartagena todos los años en la USACH. Te miré y te dije "¡Sh! eso no es na': yo llegué pololeando". Tu risa no se hizo esperar. Y la mía tampoco.

Tarot.

| jueves, 7 de enero de 2010 | 3 comentarios |
Y ahí estaba ella, sentaba frente al cadáver, con un conocidísimo fusil ruso en sus manos y las cartas de un naipe inglés repartidas por la pieza. Fue llevada a la sala de interrogación para preguntarle el móvil de tan macabro crimen. Mientras decía que escuchaba voces que le decía que consultara el naipe, sacó cuantro cartas de su bolsillo y se los mostró a los detectives: un as, un rey, un 4 y un 7...

Cambiaste.

| martes, 5 de enero de 2010 | 0 comentarios |
Te conocí cuando cursaba sexto básico. Tu eras una testigo de Jehová estereotípica y yo un ateo recalcitrante. En ese tiempo peleábamos por todo y, para variar, el curso entero te molestaba.
Pasa el tiempo. Actualmente tienes un hijo de 5 años y 2 matrimonios a cuestas. Insultas más que yo cuando me enojo, siendo que antes ni el típico "hoyudo" hacías.

Te pregunté por tu Dios y la respuesta me sorprendió: "por ahí debe andar".

El sueño.

| sábado, 2 de enero de 2010 | 1 comentarios |

Cada cierto tiempo lo recordaba. El sueño era simple: tenía alrededor de 7 años y junto a a un grupo de niños salíamos del pasaje donde vivíamos, miarábamos hacia una plaza que está cerca de mi casa y veíamos un cuerpo gigante volando, de aspecto sólido, con luces de colores. El Nino, para variar, gritó "mira, un platillo volador". No recuerdo como terminaba, pero de alguna manera el objeto en cuestión desaparecía. Un simple sueño, hasta que...

Año nuevo 2010, en la casa de la Karen. Como en todo carrete que se digne a llamarse carrete, se terminó hablando de cosas paranormales. Abuelos penando, entidades que hablaban al oído y la típica historia de los duendes que vio el papá de la Jose. De pronto el tema se pone ufológico y, al mismo tiempo, la Karen y la Jose dicen "oye, ¿te acordai del ovni gigante que vimos acá en la plaza?". Contaron que era de colores, que estaba sobre sus cabezas y que de alguna extraña manera desapareció. Dijeron que cuando lo vieron salieron corriendo (ellas 2 y otra niña, la Tamara). Las 3 cosas que me sorprendieron fueron que, en primer lugar, en ese tiempo no las conocía, las edades de ellas son coherentes con la mía en el sueño y... a nadie nunca le había contado sobre esto.

Mierda, tuve un encuentro cercano del tercer tipo y recién este año vine a saber...