La música como vida

| jueves, 26 de febrero de 2009 | 0 comentarios |
La respuesta fue vaga: me gusta porque es bien ejecutada. Salí al paso de una pregunta que me demoraría en contestar y, pero aun, sería dificil de entender.
¿Por qué me gusta la música que escucho? En forma resumida, se podría decir que porque me hace sentir mejor que cualquier droga, que cualquier contacto físico. Porque expresa todo eso que siento, más allá de las líricas de la canción, sino en la ejecución de cada instrumento. Porque "Bulletbeast" de Soilwork despierta esa sensación de levantarme de la cama y correr a todos lados. Porque "Such is Life (The Way)" me recuerda a ti. Porque "Cambios" de Ag2r muestra la forma en que reacciono ante determinado accionar. Porque "Ether" de Nothingface es mi himno de vida. Porque "Digging The Grave" de Faith No More, "Back To School" y "Changes" de Deftones y "Lies", "Wiked", Kill You" de KoRn me hacen recordar una época maravillosa en mi vida. Porque bandas como Amatory, Etched in Red y  Undermine te hacen ver que todavía queda algo de lo bueno. Porque "Claroscuro" es mi bandera de lucha.
Pero, de verdad, no tiene sentido, Sólo me gusta, sin motivo racional. debe ser porque es mi válvula de escape ante tanta mierda que pasa a mi alrededor.

Lección de vida con Friedrich August Kekule von Stradonitz.

| domingo, 22 de febrero de 2009 | 1 comentarios |
No creo que muchos lo recuerden (o, sencillamente, no saben), pero Kekulé (si, le sacó la tilde luego de recibir un título nobiliario) fue el que propuso la estructura resonante del ciclohexatrieno, conocido como benceno. ¿Pero cómo llegó a postular esa estructura? Kekulé dormía plácidamente en su cama y soñó con una serpiende que se mordía la cola y giraba. El químico alemán se despertó y dijo... bueno, dijo algo en alemán.
Bueno, luego de esta pequeña reseña vamos al grano. La vida es una vuelta y la llegada al mismo punto. La vida es cíclica. No existe un final. Hasta la revolución es cíclica (lo siento, gente, pero de una dictadura se pasa a otra).
Ahora está de moda hablar del fin del mundo el años 2012. ¡Qué diablos! Si llegara a pasar algo, no sería otra cosa que el inicio de otra cosa. ¿Fin del mundo? ¡Pamplinas!
Bueno, mucha generalidad. Todo cambio, todo final, tiene consecuencias, buenas y malas (es imposible que no coexistan estas dos condiciones). Lo bueno de terminar es que cada uno encuentra o encontró alguien mejor que el otro. Fue la promesa que nos hicimos: de terminar, sería por alguien mejor. Por mi parte, yo cumplí.

El inicio de Abraxas.

| lunes, 9 de febrero de 2009 | 3 comentarios |

Y el ángel, mintiéndole a Dios sobre su futura misión, baja a la Tierra a encontrarse con su amado demonio en un conocido motel capitalino.

Paradoja

| miércoles, 4 de febrero de 2009 | 3 comentarios |

Dios habló: ¡Hágase la Luz!

El Diablo respondió: ¡Hágase la Sombra!

Y el Ser Humano dijo: ¡Háganse Dios y el Diablo!

Dualidad

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No tenía muy claro si había llegado al cielo o al infierno: no veía ángeles, demonios ni de hecho nada más que gente corriente realizando acciones cotidianas. Me dirigí a una pareja que estaba sentada en un banco, charlando. “Perdonen” –dije en voz baja- “Tal vez podrían indicarme... No estoy seguro de si mi comportamiento en vida me ha hecho merecedor del paraíso o si en cambio... En fin, ya me entienden, ¿no? ¿Dónde estamos?” Mientras hablaba no pude evitar darme cuenta de que el hombre parecía muy desgraciado, diríase que al borde del llanto, mientras que la mujer estaba sonriente y aparentemente muy feliz. El hombre me contestó con voz grave: “Es fácil de entender, aunque tan cruel... Esta mujer me amaba sinceramente, con todo su corazón, pero yo la ignoraba porque ya estaba casado y quería tiernamente a mi esposa. En vida cometí múltiples actos de maldad, y tras morir mi castigo fue permanecer toda la eternidad junto a esta mujer, separado por siempre de mi adorada esposa. Yo estoy en el infierno, y...”. “Y yo estoy en el cielo” –le interrumpió la mujer, radiante– “Él es mi ángel y yo soy su demonio. Busca a tu acompañante, recién muerto, y sabrás sin duda a dónde has ido a parar”.

Nada de pastillas

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Wow, me dejó de doler la cabeza. Debe ser porque ya me morí.

Premonición

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Y desperté con ganas de apretarle el cuello hasta separar su cabeza del cuerpo. La miré. Dormía plácidamente. Me vestí, me despedí de Don Daniel y comprendí que no la soportaba.