La tranquila vida del asesino a sueldo.

Como todos los días, el asesino a sueldo se levanta puntualmente a las 6.01 AM. Se pone las pantuflas de osito y se dirige al baño, pues el aseo personal es importantísimo. Se arregla el cabello, se empareja las patillas, el bigote y la barba.

A las 6.25 AM el asesino a sueldo se pone su camisa negra con cuello Mao, chaqueta negra cuello Mao, pantalones negros y zapatos negros (bueno, es asesino, no anda a la moda). 5 minutos después comienza a preparar su desayuno, especial para asesinos a sueldo. Mientras se frien los huevos comienza a revisar lo que debe hacer hoy: envenenar a su vecina (si, el asesino a sueldo odia la gente que pone la música a todo volumen y no lo deja escuchar jazz), limpiar sus Berettas, ajustar los silenciadores, revisar su M4 S System y afilar sus cuchillos. El hervidor eléctrico paró y los huevos estan listos. Tostar el pan es cosa de un minuto más.

Fin del desayuno y el comienzo de un nuevo día.

Camina hacie el paradero, para cumplir el trabajo de hoy. Llega a su destino, pero con una sensación de que algo olvidó. No importa, debe ser algo de la casa. Sube hasta el último piso del edificio, entra a una pieza, mata a un par de idiotas que quisieron pararlo (si, es un asesino a sueldo muy versátil, pues aplica sus técnicas marciales). Se instala en la ventana, a esperar a su víctima, por la que le pagaron una buena suma de dinero. Arma su sistema de tiro y comienza a esperar.

Pasan 2 horas y no llega. Y por fin se da cuenta de que había olvidado: son las 1.23 PM y el tipo se para frente al edicifio a las 3.30 AM. Queda mucho tiempo, así que el asesino a sueldo saca de su bolsillo un Sudoku eléctrico y se poner a jugar. Como asesino a sueldo, algo debe matar en este rato: el tiempo.