Recuerdo tus palabras, Amor, y empiezo a creer que toda la vida se basa en el principio de acción-reacción, propuesta por nuestro brillante amigo Isaac Newton. El caso es el siguiente: llego a la U, con mis audífonos en las orejas, tapando todo ruido exterior. Me toman la mochila de forma violenta. "Álvaro, tení que hacer un trabajo..." y me explican lo que debo hacer. Veo su cara y está colérica. Le pregunto qué le pasa y me responde "esa hue'ona asegurá de la Andrea, poh... si es como el hoyo la mierda esa". Traté de calmarla y decirle que ya sabía como era, para qué se iba a sorprender. Le conté lo asegurada que era y ella respondió "que es maricona esa culiá".
Y mis músculos faciales comenzaron a tensarse...
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