Pausa

| jueves, 13 de noviembre de 2008 | |
Semana de stress. Semana de pruebas, trabajos y malas caras. Llega el día miércoles y algo me mantiene feliz, prendido, a full. Si, saber que te voy a ver me hace bien, me pone como perro que espera a su amo. Pero la cita era en la tarde y recien eran las 1 pm. Tomé el Metro y salí a comprar la entrada. Cerrado. Ah, filo, camino a la feria de Carmen y te compro unos aros (filo, son 3... por lo menos uno que te guste). Me devuelvo y pienso en la sed gigante que me embarga. Llamo a mi buena amiga Kathia, que me da consejos, que hace que me relaje. Nos juntamos y disfrutamos un jugo de naranja mientras, afuera, los funcionarios público piden lo que merecen. Tienes que ir a trabajar, asíq eu te voy a dejar a la pega. Son las 2 pm y me queda mucho rato antes de entrar a esa charla en la U. Me voy, mejor.
Son las 2.15 y me encuentro echado en el pasto. Tengo nervio, se viene la presentación y, de verdad, quiero participar, pero no quedar de idiota. Son las 3.30 pm y comienza la charla. Avanza, para, prgunto, prgunan, pregunto... en fin, preguntas y preguntas y la hora de salir de ese lugar estaba cerca. Por fin, cronometradamente, se termina y yo corro. Si, corro al Metro. Y llego al destino y te espero. Llegas... y la pausa de mi día agotar, de mi semana de mierda, comienza.
Caminamos, nos besamos, seguimos caminando y más besos. Me abrazas, te abrazo... el tiempo no existe; parecen días. Llegamos a nuestro destino: es pasto con brisa marina (jajajajaja). Te ries. Eses es un rasgo característico tuyo: la sonrisa a flor de piel. Bueno, me desvié, pero es bonito recordar eso de ti.
Ya, ya, sigamos...
Nos sentamos y te sacas las sandalias. Me impulsas a que haga lo mismo (bueno, claro, las zapatillas). Lo hago... y se siente raro. Me acuesto y tu apoyas la cabeza sobre mi pecho. Conversamos, callamos... y besos. 
Miramos las hojas, mientras las gotas de agua hidratan tu piel, tu piel suave, tu piel impregnada con ese aroma a flores (y no me da alergia). Ya, ya, es mucha el agua, así que nos vamos. Más agua bebemos, más besos, más abrazos... hasta que te tomo en brazos y nos lanzamosa otro pasto. Besos, abrazos, cariño. Nos paramos y vamos a Bustamante.
Llegamos a Bustamante (ay, Bustamante) y seguimos dirección Bellavista de la Florida. Más besos, más abrazos. Comemos... Más besos y más abrazos. Te voy a dejar... último beso del día, último abrazo del día...
Fin de la pausa. Fin de la yransformación de los segundos en años.
Llego a mi casa y sigue todo como antes: una mierda. Me siento al PC y apareces. Me dices esas palabras que tanto me gustan leer y escribir... y comienzo a flotar, como en la tarde, sin zapatillas, a tu lado.

1 comentarios:

Atha Says:
14 de noviembre de 2008, 6:26

Después de un largo turno, me hiciste llorar caureli, leer esto, esto de la pausa, es ... inesperadamente hermoso. Te costó sacarte las zapatillas jajaja! no kerías, te daba cosa pero sentir el pasto en los pies, sentir todo al tacto de la piel es distinto, es una pequeña libertad y más con agua de brisa marina :)

Eres definitivamente lo mejor que me ha pasado, eres lo que no conocía, eres la persona que amo.