Contando los días.

| domingo, 11 de enero de 2009 | |

Se aproximan mis vacaciones y, según lo que veo, tengo cero panorama, pues, debido a ciertas circunstancias, todo plan que tenía se fue a las pailas. ¡Pero qué importa, carajo! Siempre existe una salida, una solución. Y esa salida, esa solución, existe gracias a los amigos. Qué importa si no salgo de Santiago, si puedo disfrutar de una noche de póker, acompañado de un vaso de ron con hielos y algo para comer (como, por ejemplo, un as). Obvio, no tengo dinero para alojarme en algun lado fuera de Santiago, pero puedo hacer viajes del día, junto a ti, Amor. Y si, puedo solamente ir a carretiar a Viña y tendré el brazo extendido de un amigo. Y, puede ser, termine acampando en el Cajón del Maipo. Y pueden pasar muchas cosas de esa índole, pero primero quiero mi semana de descanso, mi semana de siestas junto a ti, mi semana de arreglar problemas, mi día de dejar la escoba en algun lado, mi día de salir a tocar con mis amigos, de salir a pintar las calles de La Florida.
Y si, espero el día que me digan "última prueba", ponga mi nombre, resuelva ejercicios, la entro y parto a mi casa, sin volver. Tengo esa sensación en el vientre similar a la de un niño de 4 años esperando que sean las 00.00 del día 25 de diciembre.
Y espero... y aparece esa extraña fuerza, que hace que te levantes más temprano y hagas cosas que nunca hacias. Creo que mi motor de emergencia se prendió. Luego de que se apague, directo a la cama por 5 días. Pero sin pensar en que debo rendir alguna prueba.

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