Cuestiónalo todo

| jueves, 5 de abril de 2012 | |
Fue enriquecedor hacer duda a mi abuela sobre sus dogmas cristianos. Es, sin duda, más bello aún ver a tu hermano chico refutar algo que dicen en la TV. Bien, ver la manera en que crecen como personas aquello que te rodean te llena, pero al momento de cuestionarte tú las cosas que haz hecho, la vida que llevas y el camino que construyes los brazos se abren y se salta hacia atrás, de espalda, al vacío.
Veo que la vida se acaba. El tiempo pasa más rápido y los veranos dejan de ser eternos. El sol abrasa y el frío fractura el cuerpo a medida que se camina alrededor de esa estrella roja.
La pregunta más grande que he hecho hacia mi persona y la posible respuesta devastó mi día. OH, pragmatismo, eres mi dicha y mi perdición.

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