Esas palabras.
El sueño era raro. Estábamos frente a un hospital que tenía una parte a media construir. Y por ahí corríamos y saltábamos (pero no recuerdo con quien). Por algún extraño motivo bajaba de la construcción y ahí estaba: una mezcla entre Otep Shamaya y María, mi amiga española. Le pregunté qué le pasaba, porque su expresión facial mostraba pena. Me respondía en inglés que le habían robado la mochila. La abrazaba, le hacía cariño en el pelo, le daba un beso en la frente y le decía "calm down, my dirty little pig". Después de esa frase suena el despertador y queda la traducción de esa frase en mi mente, dándome paz, porque esa frase la he escuchado y, sí, me ha calmado: "chanchito cochino".
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