Sigiloso, te miro. No te das cuenta, pero te miro siempre. Vez que puedo, te miro. Actúo como un fantasma, pasando desapercibido y sí, te miro.
Antes no te espiaba. Antes... simplemente no podía. Bueno, sí, nunca dejé de espiarte, para qué andamos con cosas.
Nunca lo haré, nunca te dejaré. Pero no creas que mi vida se basa en examinar tus movimientos. No, no, ni lo sueñes. También veo a tu familia. Sí, soy tan psicópata que llego a dar miedo.
Cuando crees que estas sola, no, no lo estás: ahí estoy yo, colgado de la ventana, viéndote con mis lentes de visión nocturna.
Sí, no te dejo tranquila. Te busco en internet. Sí, llego a ti (creo, soy un buen buscador de información). Sí, me sé tu RUT. Sí, sé donde vives y dónde has vivido. Tengo tu nombre escrito en mi pieza, en un lugar secreto, para que nadie lo vea.
¿Olvidarte alguna vez? Difícil, pues nunca lo hice (hay pruebas de eso).
Te tengo a pocos centímetros de mi cuerpo. Estás durmiendo. Te veo. Veo la serenidad de tu estado. Veo tu cuerpo. Me acerco a tu boca y te escucho respirar. Estiras su brazos y los pasas por mi cuello. Abres los ojos y me dices "buenos días, Amor". Un beso, una caricia, un abrazo y un "¿vamos a tomar desayuno, Momo?".
Já, soy tan bueno en esto que no te diste cuenta que llevo espiándote 6 años.
1 comentarios:
8 de octubre de 2009, 18:52
EEEEEEEEEEEEEres un pekeño psicópata!!!
EZZZPEZZZIIIAAALLLLL!!!
xD
(palabra de hoy: holog)
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