No confíes en nadie.

| lunes, 28 de septiembre de 2009 | 0 comentarios |

Y ni siquiera puedo confiar en mis propios dientes, porque, de vez en cuando, me muerden la lengua.

Perfecta.

| jueves, 24 de septiembre de 2009 | 1 comentarios |

Mi mano calza de forma perfecta en tu cintura. La curvatura que se forma entre mi nariz y mi frente calzan en tu cuello. Mi cabeza se acomoda de forma perfecta en tus piernas. El ángulo de nuestros cuellos es perfecto al momento de darnos un beso: ni muy inclinado ni muy recto. Tu altura es perfecta. Tus gustos musicales difieren de los míos, tu forma de ser es distinta, tu pensar es diferente al mio... y eso es perfecto.

Lo que NO pasó estas vacaciones.

| domingo, 20 de septiembre de 2009 | 0 comentarios |
Mala suerte la mía, por un lado: gracias a la falla hepática no pude comer carnes rojas. Sí, más que el copete, más que el carrete, lo que me pegó más fuerte fue no poder disfrutar esos cortes de vacuno y su sabor sanguinolento camuflado por el fuego y el humo. Veía como mi familia comía y comía y para paliar esas ansias de saltar sobre su plato tomaba jugo. Para peor, el Basti, mi hermano, en un bingo se ganó un Mango Sour. No soy bueno para tomar (la gente que me conoce sabe), pero aquel brebaje es un manjar.
Pero no todo estuvo perdido estas vacaciones. Gracias a mi amiga Caro fui a ver a Walls Of Jericho.

Las manos con sangre.

| domingo, 13 de septiembre de 2009 | 1 comentarios |
¿Por qué está prohibido matar? Por culpa de los cristianos. Pero así y todo, son los cristianos más dogmáticos los que promueven la muerte, llámese Papa, Opus Dei, UDI o cualquier otra calaña de esas.
Miles de asesinos andan sueltos en las calles. Miles de violadores "se rehabilitan" o simplemente no son denunciados. Ladrones sueltos, que engendran nuevos ladrones. Pero la justicia les hace cariño, los tapa con frazadas, les cuenta un cuento y los manda a dormir. Denme un arma, munición suficiente y el compromiso de no mandarme a tomar sol a cuadros y mejoro en menos de un mes esta mierda de mundo.
Sí, quiero un baño de sangre. Sí, quiero sentir ese olor metálico en el aire. Sí, quiero saborear el hierro de el brebaje rojo.
No creo que sea un asesino en potencia, pero ¿quién no ha imaginado que mata a alguien? Por mi parte, todos los días, a cada momento.

Yoghurt, ensaladas y carnes magras.

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Luego de exámenes y reposo el resultado es este: dejar el alcohol (no creo que cueste mucho, le pongo, pero no soy bueno), comer frutas y verduras (eso cuesta, soy carnívoro), dejar las grasas (adiós, mayonesa de mi amor) y tomar yoghurt, mucho yoghurt, ojalá con lactobacilus. Adios "Donde Luchito" y sus completos gigantes con mayonesa casera (la frase "otra de mayo, compadre, porfa" pasó al olvido).
Sí, el cambio de comidas se notó. Ya no dejo que me preparen la comida. No, desconfió de la mano de mi abuela, cargada al exceso de aceite y las cosas hechas en sartén que llegan a brillar de tanta grasa. Llegué al punto de hacer todo a la plancha y, de verdad, aunque es lo menos "vikingo" que hay, puchas que queda rica la cosa.
Adiós cerveza, sabroso brebaje ancestral. Adiós, mayonesa, aderezo de los dioses. Bienvenidas sean las ensaladas y las comidas sanas. Ojalá sirva de algo y arreglen esta cosa que tengo en el aparato digestivo.

Koma, el gato flojo.

| sábado, 5 de septiembre de 2009 | 4 comentarios |


Día lluvioso y de flojeo junto a mi gato.

Laguna mental (lapsus post endoscopía).

| viernes, 4 de septiembre de 2009 | 3 comentarios |
Desperté a las 4 de la mañana, no por la ansiedad, sino que por un pequeño accidente: la cama se cayó. A las nueve en punto de la mañana estaba, junto a mi abuelo, esperando a ser llamado para ingresar a lo que sería la endoscopía. "Álvaro Maya" dice la auxiliar y me indica el lugar. Paso y sigo las instrucciones: abro la boca y rocían mi garganta con un spray, dando como resultado el adormecimiento de la zona. Me dice que me ponga de lado, que me van a pinchar. Antes le digo que me grabe, que quiero tener un recuerdo de mi endoscopía. Me pide el celular y me dice que se lo pasará a mi abuelo. Anestesia a la vena. "Es casi instantáneo" dice la enfermera. "¿La pulent...?" y luego nada. Despierto a las 1.30 de la tarde, en la cama de mi abuela, sin saber que pasó en esas 4 horas. Trato de recordar y no, no puedo. Aparece mi tata, mi compañero de batallas de ese día y me dice "bah, despertó el loco" y comenzó a reírse. Me dijo que luego de salir del procedimiento le pedí el celular y que quería llamar a mi papá. Luego lo dejé caer. Lo tomé y le dije "mira, mira, mira, la Pandy, mírala, mira a la Pandy". Me tomó de un brazo e intentó sacarme del centro médico. "No, yo puedo solo" respondí y traté de incorporarme. Alcanzó a afirmarme antes de dejar caer mi humanidad.
Luego viene lo del taxi: según él, me puse a cantar a todo pulmón "esas canciones que te gustan a ti". Hasta ahí una parte de las horas perdidas.
Llega mi abuela y se mata de la risa cuando me ve despierto. "¿Ya paraste de gritar?". No sé qué cara puse, pero entendió que no sabía de lo que hablaba. Me explicó que apenas me bajé del taxi (bueno, traté de bajarme pero me fui de espalda) levanté los brazos y grité "¡CHA-CHAAAN!". Llegué adentró, tomé el teléfono y llamé al Marco (no sé si lo llamé a la casa o a la oficina, pero si fue a esta última... FUE MI SUBCONSCIENTE, PUES UNA SOLA VEZ EN MI VIDA HE VISTO AQUEL NÚMERO DE TE LÉFONO) y le conté TODO lo que pasaba. Más tarde mi viejo dijo "es que no parabas de hablar, parecías cotorra". Traté de llamar a la Vivi, mi madre, pero mi abuela alcanzó a tomar el teléfono. Me mandaron a la cama.
Son las 1.32 PM. Llamaré a mi familia. Primero al móvil de mi madre. Luego a la casa de mi padre (no contesta nadie). Luego a mi Momo. Por último a mi abuela Fanny. No sé su número, así que le digo a mi abuelo que me traiga mi celular. Para sorpresa mía, en mi estado "Memento" me tomé una fotografía estando anestesiado. Y comencé a reír.